Accionistas del GEB definirán acuerdo con Enel Américas | El Nuevo Siglo
EL PRESIDENTE del GEB, Juan Ricardo Ortega, dijo que con este intercambio de activos se resolvió la pelea jurídica que se venía dando en los últimos años.
Martes, 22 de Junio de 2021
Redacción Economía

Hasta el próximo 28 de junio se realizará la Asamblea Extraordinaria de Accionistas del Grupo Energía Bogotá (GEB), se decidirá el futuro de un nuevo acuerdo entre la compañía capitalina y la chilena Enel Américas.

De acuerdo con el GEB, “este negocio aseguraría la participación en una compañía más robusta y con mayor potencial de crecimiento, con herramientas de gobierno corporativo que protegen el patrimonio de los accionistas y de los bogotanos, y que impulsará su incursión inmediata y definitiva en el negocio de energías renovables no convencionales”.

Sostiene la empresa que “este acuerdo implicaría un proceso de redefinición de la inversión que el GEB tiene en Emgesa y Codensa, que se someterá a la aprobación de la Asamblea General de Accionistas del GEB y de los órganos de gobierno corporativo de las sociedades involucradas, y que daría lugar a la creación de una compañía de talla internacional, a través de la absorción, por parte de Emgesa, de Codensa, Enel Green Power Colombia y Essa Chile, incluyendo así activos de Enel en Colombia, Costa Rica, Panamá y Guatemala”.

Aseguran que esta compañía se convertiría en pilar estratégico para el fortalecimiento de sus capacidades en materia de ciudades inteligentes, movilidad sostenible y transformación energética.

Este es un paso más en la evolución de la relación entre el GEB y Enel que llevaría al Grupo a tener una participación accionaria del 42,515%, similar a la que se tiene hoy en Emgesa y Codensa en términos de acciones con derecho a voto, en una empresa más grande, de mayor valor, más verde y más estable, con un valor patrimonial adicional de aproximadamente $5,5 billones en activos de energías renovables”, asegura la multilatina bogotana.



Integración

El presidente del GEB, Juan Ricardo Ortega, explicó a los medios que uno de los aspectos más importantes de este acuerdo es que permitiría la integración del negocio de energía renovable.

Señaló que con este intercambio de activos se resolvió la pelea jurídica que se venía dando en los últimos años. "Recibimos $1 billón de dividendos atrasados en un momento que son oportunos para la ciudad y resolvimos una pelea jurídica que solo iba a llevar a que poco a poco se marchitara una empresa de la cual Bogotá era socia", dijo.

Aseguró que “mantendremos el mismo poder de voto en todas las estructuras de la nueva empresa, pero en cuanto a las acciones preferenciales ya no tenemos. Había una opción de poner capital o las acciones y decidimos la segunda, porque necesitamos el capital para eventualmente poder participar en la compra de activos como ISA".

Advirtió que "si se llega a tomar la decisión de no repartir dividendos pues las acciones preferenciales no valen nada y nadie estaría dispuesto a comprarlas, porque solo sirven al momento de liquidación de la empresa".


  • Le puede interesar: Gobierno busca $6 o $7 billones con venta de activos

Proyectos

Frente a los proyectos concretos en energías renovables, Ortega dijo que "pensamos pasar de 3.000 gigavatios a más de 5.000 gigavatios en todo este crecimiento en renovables no convencionales".

Cabe mencionar que parte del conflicto que tenían las compañías era que Enel Green Power sería la filial solo de Enel para proyectos de energías renovables no convencionales, pero ahora GEB será parte de ese negocio y se procederá a acelerar ese segmento.

De acuerdo con lo expresado por el grupo, “esta nueva compañía será 22,9% más rentable a 2025 y con 25,1% más de utilidades, además de posibilitar $185.000 millones anuales adicionales para el GEB, por la nueva política de distribución de dividendos y la repartición de dividendos retenidos”.

La posibilidad de avanzar en este nuevo acuerdo se da como evolución de la alianza público-privada estructurada y desarrollada por administraciones previas, un modelo empresarial que ha permitido al GEB convertirse en la “joya de la corona” del Distrito y en un referente latinoamericano de unión de lo público y lo privado alrededor de un propósito compartido y competitivo. También es una posibilidad que resulta gracias a la sólida posición asumida por administraciones anteriores frente a las diferencias que surgieron con Enel en el pasado.

Asimismo, la compañía indica que “la evolución de estos procesos y la negociación adelantada por la nueva administración del GEB y su Junta Directiva, ha dado prioridad a maximizar el impacto positivo para todos sus accionistas, incluidos el Distrito y todos los ciudadanos, y asegurar la competitividad y sostenibilidad de la compañía, con resultados positivos a corto, mediano y largo plazo”.

Explica que “este paso es el resultado de un riguroso y profundo proceso de evaluación de opciones y está enmarcado en el propósito de generar mayor valor para la compañía y sus accionistas, robustecer el capital público y avanzar decididamente en la consolidación del GEB como protagonista nacional e internacional en el cumplimiento de los acuerdos de París y los ODS a través de energías renovables y renovables no convencionales”.

Capacidad

En un comunicado, GEB manifiesta que “dentro de los atributos ligados a la nueva empresa que surgiría gracias al acuerdo, se destaca además una mayor capacidad instalada, -con operación en cuatro países a través de proyectos eólicos, solares e hidroeléctricos-, un mayor valor patrimonial, mayores dividendos anuales y una empresa más rentable y con mayores utilidades. Así mismo, la nueva empresa brindaría al GEB la capacidad para desarrollar proyectos de ciudad inteligente, a la vez que haría posible la transferencia de conocimiento y mecanismos de cooperación entre las empresas”.

Indica que “este nuevo acuerdo permitiría que se solucionen las diferencias del pasado y se proyecten los negocios a futuro, para consolidar una relación con vocación de largo plazo en donde ganan el GEB, sus socios y accionistas, Bogotá, sus ciudadanos y el país, a través de la materialización concreta del propósito superior de Grupo Energía Bogotá: mejorar vidas con energía sostenible y competitiva.

En su información, el Grupo informa que “es importante precisar que esta transacción no afecta en ningún sentido ni tiene relación con la actual participación del Distrito como accionista mayoritario del GEB, que continúa siendo del 65,7%”.

Uno de los puntos que se destacan de este acuerdo marco es que le brindará al Grupo Energía Bogotá la posibilidad de participar con más fuerza en energías renovables y renovables no convencionales. La capacidad en este tipo de fuentes es actualmente de 677 megavatios, de los cuales 132 son no convencionales. Estos son gracias a proyectos hídricos, eólicos y solares ubicados en Panamá, Guatemala y Costa Rica. Adicionalmente, en Colombia se invertirían $3,5 billones para la consolidación de un portafolio de 1,3 GW en proyectos renovables no convencionales como consecuencia de este acuerdo.

Con 125 años de historia, el Grupo Energía Bogotá (GEB) es un grupo empresarial líder en transmisión y distribución de energía eléctrica y en transporte y distribución de gas natural en Colombia, Perú, Brasil y Guatemala.

Las dudas del Concejo

Antes de que se hiciera el anuncio del acuerdo, algunos concejales manifestaron su descontento, porque este afectaría la participación del Distrito. “Dadas las implicaciones para el patrimonio público de Bogotá, cualquiera de estas u otras fórmulas que se hayan escogido para alcanzar un acuerdo con Enel no pueden adelantarse sin un debate público que le permita a la opinión pública conocer las razones y los detalles de las medidas acordadas”, afirmó en una carta un grupo de 21 cabildantes que se oponen a esta medida.

La concejal Heidy Sánchez, de Colombia Humana fue una de las que firmó la misiva y dijo que “nos preocupa que una empresa privada maneje los servicios públicos. Estos deberían seguir en manos del Distrito”. No obstante, el GEB señaló que esto no va a afectar ni la prestación de sus servicios actuales, ni las acciones de la ciudad.