Atentado al Presidente | El Nuevo Siglo
Miércoles, 7 de Julio de 2021

Hace pocos días nos sorprendió la audacia criminal de tratar de matar al Presidente Duque y a dos de sus ministros, a más de la tripulación de la nave en que viajaban. Desde luego fue una incursión presidencial en una zona de extremo riesgo, por la presencia de numerosos grupos armados provenientes de la guerrilla, el narcotráfico, así como mercenarios que se presume puedan ser pagados por el régimen venezolano.

Todo lo anterior con un solo fin: desestabilizar la democracia colombiana, generar caos y provocaciones para internar al país en un enfrentamiento armado sin saber exactamente de dónde provino el hecho. Hay varias teorías, pero ninguna comprobada, pero cualquiera que sea la fuente del atentado es indudable que beneficia a todas, de manera que la institucionalidad del país y la vida del Presidente se encuentran en permanente riesgo. De tal manera que los organismos de seguridad no pueden permitir bajar la guardia con el primer mandatario, pues este anuncio fue real y no se trataba de una escaramuza como algunos pretenden decir. Fue un acto criminal, que felizmente no dio resultado.

Ahora bien, ¿Qué significa atentar contra el Presidente? Pues varias cosas, una de ellas falta de previsión; dos, una falla en inteligencia del Estado; tres, análisis del conflicto y estado de seguridad. Si bien es cierto que el primer mandatario requiere movilizarse por el territorio nacional, su presencia no debería ser tan evidente, ya que el criminal no cesa en su intención, busca la manera de cumplir su cometido.

En una entrevista que le hicieron a un sicario, este contaba que para ellos el objetivo debe darse, y peyorativamente afirmaba: “al que obra bien, le va bien”, es decir, hacer bien las cosas, máxima de los delincuentes. Entonces lo anterior es un anuncio de que la consigna continua, de ahí que la seguridad del Presidente, su familia y la cúpula del Estado, hoy más que nunca deben resguardarse por la amenaza permanente.

Lo peor que le podría pasar a Colombia sería que una cosa así sucediera, pues con ello traería el desconcierto ciudadano, los grupos delincuenciales urbanos saldrían a pescar en rio revuelto, la violencia en el campo se acentuaría y las fuerzas armadas legítimas del gobierno tendrían que actuar.

La historia en el mundo muestra varios presidentes atentados durante sus mandatos, algo que ha costado descontrol en sus paises, así mismo como dolor y desestabilización política, económica e institucional. De manera que la gran responsabilidad de los organismos de seguridad del Estado colombiano, en la actualidad, es conservar la integridad del Presidente y esto parte de la conciencia de saber que existen enemigos decididos, también de las disposiciones del cuerpo de seguridad y la reserva en el manejo de su agenda.

Hoy más que nunca nuestro país requiere de estabilidad, pues Colombia como el mundo están atravesando momentos muy difíciles a causa de la pandemia que está causando infinidad de muertes, como para vernos abocados en otros problemas que serían letales para la paz y tranquilidad ciudadana.

arangodiego@hotmail.com