¿Cerrón, piedra en el zapato del presidente Castillo? | El Nuevo Siglo
Vladimir Cerrón, mentor del nuevo presidente de Perú, Pedro Castillo
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Martes, 27 de Julio de 2021
Redacción internacional con AFP

EL retorno de la izquierda al poder en Perú de manos de un ‘outsider’, como lo es Pedro Castillo Terrones, ha generado gran incertidumbre en todos los ámbitos, desde el económico y social, hasta el político. Y es en este último donde se concentra la atención no sólo por no contar con una mayoría parlamentaria sino por la omnipresencia de un hombre de gran poder e influencia.

Se trata de Vladimir Cerrón, el fundador de Perú Libre y mentor del hoy nuevo presidente del país inca. Fue decisión forzada por una condena judicial y así Castillo fue “el que dijo Cerrón”, convirtiéndose en la carta, finalmente ganadora, de ese partido.

Exponente de la izquierda radical, inclusive se define como un marxista-leninista, Cerrón incursionó con fuerza en la política peruana hace un poco más de una década, tras regresar de Cuba donde se especializó como neurocirujano. En 2008 fundó el Movimiento Político Regional Perú Libre que con un marcado modelo socialista fue ganando rápidamente terreno y se convirtió en un partido político nacional solo cinco años después. En ese interregno comenzó a mover sus fichas en el ajedrez y a cimentar su estrategia para alcanzar la máxima dignidad: la presidencial.

Pero como en todo hay que hacer camino, primero fugió como gobernador de Junín del 2010 al 2014 y fue relecto. Cumplido su segundo mandato estuvo listo para lanzar su candidatura a la Casa de Pizarro (sede del gobierno). Pero vio no sólo desvanecer su ilusión sino enfrentarse rápidamente a varios procesos judiciales, por presunta corrupción. Fue condenado por uno de ellos, (haber ‘favorecido’ a una empresa para la construcción de una obra que no se acabó), a cuatro años y ocho meses de prisión, así como la inhabilitación de un año para ejercer cargo público, pena que luego le fue cambiada a excarcelación y rebaja de un año.  

Sus seguidores aseguran que desde que comenzó a ascender en el ruedo político, el ‘establecimiento’ ha querido anularlo y de allí no sólo los procesos judiciales que le han abierto, sino las reiteradas acusaciones de que, desde muy joven, por su pensamiento de izquierda extrema, simpatizaba y hasta colaboraba con el movimiento guerrillero Sendero Luminoso, cuyo líder Abimael Guzmán purga condena de por vida.

Con el veto de la justicia a su sueño, el que intentó materializar sin éxito postulándose como vicepresidente segundo en la candidatura de Castillo, este médico de 50 años reacomodó su táctica para alcanzar “el poder en cuerpo ajeno” con dos estrategias: la presidencia de la República y una mayoría en el unicameral congreso peruano.



Hoy celebra ambas cosas, que su ‘discípulo’ se juramente como Primer Mandatario y se posesione un Parlamento donde si bien no barrió, logró 37 escaños, convirtiendo a Perú Libre en la primera fuerza política. Pero aquí tiene un problema: gran parte de esos parlamentarios son más afines a los planteamientos moderados de Castillo que a los radicales de Cerrón.

Es que las distancias ideológicas entre mentor y pupilo se evidenciaron en la recta final de la campaña por el balotaje presidencial. Mientras el primero mantenía sus férreas críticas contra el establecimiento, el modelo económico, la migración y hasta los derechos de la comunidad LGTBI, el segundo se ubicó más al centro del espectro político y enfatizó, hasta el cansancio, que un gobierno suyo no sería como el de Venezuela, Cuba o Nicaragua.

Con el reconocimiento de su inexperiencia política pero esgrimiendo su honestidad, transparencia y dedicación, la que ha evidenciado gran parte de su vida como maestro rural en el considerado ‘Perú profundo’, Castillo ganó apoyo en las ciudades y la clase media que lo llevaron al poder que hoy asume para un período constitucional de cinco años, que no se puede vaticinar que pueda cumplir ya que la inestabilidad presidencial ha sido una constante en el Perú (el último año tuvo cinco mandatarios).

En lo que han coincidido, Castillo y Cerrón es que este último no hará parte, en forma alguna, del gobierno que se instala hoy en la Casa de Pizarro.

“Acá las decisiones las toma Pedro Castillo y las toma el pueblo; el señor Cerrón está impedido judicialmente y no lo van a ver ni siquiera de portero en ninguna de las instituciones del Estado”, explicó hace unos días el nuevo presidente.

Por su parte el fundador de Perú Libre sostuvo este lunes: “Yo me mantengo en el partido y ellos en el Gobierno. Si bien es cierto tienen roles diferentes, en cierta medida están concatenados por las ideas, por el programa y lo que ha planteado el maestro Pedro Castillo”.

Pero para muchos analistas políticos eso es retórica y un fallido intento de señalar un ‘divorcio’ por conveniencia. Inclusive tanto líderes opositores como ciudadanos del común consideran que el maestro rural es un títere del influyente y radical político izquierdista.

Y a esa creencia han contribuido recientes declaraciones de Cerrón en las que ha sostenido que si el gobierno de Castillo se desvía “el partido lo va a rectificar”.

“A veces puede haber visiones distintas de parte del presidente porque una cosa es con guitarra y otra cosa es con cajón. Entonces, nosotros podríamos sugerir desde nuestro punto de vista, qué cosa percibe el pueblo que a veces el Gobierno no lo percibe o viceversa, por eso es importante el intercambio. La rectificación no es unilateral, puede ser bilateral y es necesaria la rectificación”, manifestó Cerrón a la salida de un lujoso restaurante en Lima donde dio la bienvenida al país al exmandatario boliviano Evo Morales, uno de los personajes que estarán presentes hoy en el cambio de tercio político.



Cerrón, quien hoy funge como secretario general del partido fue más allá en sus opiniones políticas y lanzar una alerta temprana: “Tenemos un Congreso mayoritariamente de derecha y tenemos que ver cómo nos sostenemos en el Gobierno y no acaba eso cuando termina el periodoLa conspiración de la derecha va a continuar aún esté fuera del Gobierno, por eso es necesario asegurar esos planes. El sostenimiento será mediante el diálogo”.

Y es que el nuevo Parlamento preocupa mucho a todos los integrantes de Perú Libre, máxime porque será presidido por la oposición conservadora. La diputada de Acción Popular, María del Carmen Alva Prieto, fue elegida como presidenta de la mesa directiva de la cámara, mientras que los también parlamentarios de derecha Lady Camones, de Alianza para el Progreso; Enrique Wong de Podemos Perú, y Patricia Chirinos de Avanza País, estarán en las tres vicepresidencias.

Como se ve, el escenario para Castillo no es fácil ni con sus detractores ni con su mentor. Tanto él como Cerrón deberán tener una armónica relación porque del desempeño del gobierno que hoy arranca pende no solo que este último pueda renovar su aplazado sueño sino hacer efectiva su premisa de que “la izquierda debe aprender a quedarse en el poder”.

Castillo se ha rodeado de expertos, técnicos e izquierdistas moderados para desarrollar una agenda programática aún desconocida. Se da por descontado que gran parte de ella chocará con las ideas de su mentor, de allí el alto riesgo de que termine convirtiéndose en la `piedra en el zapato’ del docente-presidente.