Economía de EU goza de buena salud: PIB creció 6.5% | El Nuevo Siglo
EL GASTO de los consumidores, de los gobiernos locales, las exportaciones y la acelerada vacunación (que inició en diciembre de 2020) han llevado al crecimiento del PIB en Estados Unidos
foto tomada de Prensa Libre
Jueves, 29 de Julio de 2021
Redacción internacional con AFP

Contagiada, como todas las economías globales, de covid-19, la de Estados Unidos pasó rápidamente de ‘cuidados intermedios’ a una lenta pero sostenida recuperación, como lo evidencia el crecimiento de 1.6% en este segundo semestre del Producto Interno Bruto (PIB) y que en cifras anualizadas lo ubica en 6.5%.

El dato, aunque fue tan solo una décima más al registrado en el periodo inmediatamente anterior y más débil de lo proyectado (8.5%), tiene dos positivos significados: superó su nivel prepandémico por primera vez y develó que la economía no sólo se reinició con fuerza, sino que se encamina a cumplir con el pronóstico de crecimiento del PIB para cerrar año, que sería del 7%, según el Fondo Monetario internacional y la Reserva Federal.

El Producto Interno Bruto de un país si bien es tan solo una de las medidas que determinan el ‘estado de salud’ de su economía es el de mayor impacto ya que no sólo cuantifica su comportamiento, sino que determina las políticas a seguir (tanto productivas como monetaria) para, como mínimo, mantenerla estable.   

Como regla general el consumo es el mayor componente del PIB y en Estados Unidos dicha variable es la que tiene mayor impacto en el mismo. De allí, que desde el inicio de la pandemia, el gobierno centrara todos sus esfuerzos en un millonario plan de ayuda social para personas y empresas. Con la economía apagada durante unos meses, producto de la forzosa cuarentena inicial (primer semestre de 2020), los cheques mensuales a familias, los subsidios tanto a desempleados como a las nóminas, subvenciones a gobiernos locales y créditos blandos fueron claves para sostener el consumo y la demanda de algunos servicios.

Y aunque el presidente Joe Biden trinó que “las nuevas cifras del PIB devuelven nuestra economía a niveles anteriores a la pandemia. No nos equivoquemos: este crecimiento no es accidental. Es el resultado directo de nuestros esfuerzos para aportar una ayuda económica a las familias, a las pequeñas empresas y a las comunidades en todo el país”, es necesario aclarar que gran parte del mejoramiento económico lo debe a las bases que dejó su antecesor, el republicano Donald Trump.

Fue el entonces presidente conservador quien en medio del duro impacto de la pandemia adoptó dichos paquetes de ayuda social consistente, entre otros, en el envío de 1.400 dólares mensuales a cada hogar, que se incrementaba según el número de hijos y máxime si eran mayores de edad. Días antes de acabar su mandato logró que el Congreso aprobara otro millonario paquete financiero (2 billones de dólares) con el cual su sucesor, el demócrata Joe Biden dio continuidad tanto a los giros a las familias como a las empresas y negocios.

Y si bien por el impacto del covid, el PIB en 2020 registró una contracción del 3.5%, la peor cifra desde 1946, la recuperación económica venía dándose desde mitad de ese año. Vale recordar que en ese tercer trimestre tuvo un crecimiento récord de 7.4% (anualizado) y el siguiente fue de 4%. Fue por ello que Trump en su despedida (20 de enero) advirtió que dichas cifras continuarían mejorando, tal cual se están evidenciando hoy. Por ello ahora el presidente Biden puede asegurar que “Estados Unidos está de nuevo en marcha”.



Los datos

Como reseñamos, el crecimiento del PIB en el segundo trimestre fue de un 1,6% en comparación con los tres meses anteriores cuando se expandió un 1,5%, según informó el Departamento de Comercio, al tiempo que agrega que, en cifras anualizadas, fue de 6,5% y 6.3%, respectivamente.

De este modo, el PIB real fue un 0,8% superior al que presentó el cuarto trimestre de 2019, antes de que irrumpiera la pandemia.

El gasto de los consumidores, de los gobiernos locales, las exportaciones y la acelerada vacunación (que inició en diciembre de 2020) llevaron a que el indicador fuera positivo.

Los datos oficiales también mostraron que el Índice de Precios al Consumo Personal (PCE, en inglés) aumentó 6,4% en el segundo trimestre desde el 3,8% en el período anterior, lo que confirma que la inflación está aumentando a medida que la demanda regresa de sus niveles deprimidos desde hace un año.

Excluyendo los precios volátiles de los alimentos y la energía, el índice de precios del PCE subió un 6,1%, destaca el informe, al tiempo que agrega que el monto total de bienes y servicios producidos en Estados Unidos superó por poco (0,8%) el volumen que se tenía antes de la crisis sanitaria.  De esta forma, el importe total de la economía local subió a 19,4 billones de dólares.

El Departamento de Comercio señala que las anteriores cifras "reflejan que continúa el crecimiento económico, la reapertura de comercios y la respuesta del gobierno a la pandemia" y aclara que en este segundo trimestre “las ayudas gubernamentales en forma de préstamos a las empresas y subvenciones a los gobiernos locales aumentaron, mientras que las prestaciones sociales a los hogares (...) bajaron".

Otro dato que evidencia la mejoría económica en el gigante norteamericano es que las nuevas solicitudes de beneficios por desempleo cayeron, aunque levemente, la última semana.

La caída fue superior a lo esperado por los analistas, para un total de 24.000 solicitudes menos y una cifra global de 400.000 pedidos de subsidio en la semana que terminó el 24 de julio.

Más de 20 estados del país han pedido el final anticipado de los programas especiales de desempleo proporcionados por el gobierno federal, y las nuevas solicitudes de Asistencia por Desempleo Pandémico para trabajadores independientes, que generalmente no son elegibles para beneficios regulares, se redujeron en casi 15.000 en la semana.



Lo que preocupa

La mayor liquidez jalonó el consumo de los hogares, pero ello trajo consigo un alza en los precios, que se ha sostenido durante semanas, disparando la inflación, al punto que en el período analizado llegó a 6.4% (casi tres puntos porcentuales más que el trimestre anterior), siendo la más fuerte desde 1986.

Si se excluyen los precios volátiles de alimentación y energía, la inflación subyacente se ubica en el nivel más alto desde 1975, en 6,1%.

El presidente de la Reserva Federal (Fed, banco central), Jerome Powell, pero también el FMI, que aseguran desde hace meses que la inflación será temporal, reconocieron esta semana que el alza de precios podría ser más fuerte y persistente de lo previsto.

"Mientras la reapertura continúa, otras restricciones podrían continuar limitando qué tan rápido se ajusta la oferta, y eso aumenta la posibilidad de que la inflación sea más alta y más persistente de lo que esperábamos", admitió Powell.

Con la inflación muy por encima del objetivo anual (2%), principalmente debido a factores temporales, incluyendo cuellos de botella en el abastecimiento de productos, Powell se mostró confiado en el que se frenará el alza en los precios y dijo que, de no ser así, el Banco central tiene cómo actuar.

De allí que este miércoles la Reserva Federal (Fed) decidiera mantener sus tasas de interés ultrabajas y el mismo nivel mensual de compra de activos, estimando que los sectores afectados por la pandemia muestran "mejorías" pero no están completamente recuperados.

Como se esperaba, dejó sus tasas de referencia entre 0 y 0,25% y el nivel de compras de activos en 120.000 millones de dólares mensuales, lo que fue de buen recibo en el mercado bursátil.

El gobierno Biden espera apuntalar esta lenta pero segura marcha económica con un ambicioso programa de gastos sociales y ambientales por USD 3,5 billones. Lo más inmediato y luego de una prolongada negociación con la oposición republicana, logró que en el Senado se diera el sí para debatir su plan de infraestructura, (parte de ese proyecto) pero con un monto muy inferior al que planteó. Se rebajó a 1 billón de dólares. Si se convierte en ley, inyectaría niveles históricos de financiación federal para diversas obras, garantizaría internet de banda ancha a todos los habitantes y ampliaría los programas de energía limpia. Todo ello aumentará gastos y generará millones de puestos de trabajo.

Así las cosas, Estados Unidos avanza firme hacia la reactivación productiva, aunque la variante Delta puede ralentizarla. Pero, por lo pronto, esa economía goza de buena salud.